SINOPSYS
PASAPORTE
A LO INJUSTO III
YO,
¿UN
CORRUPTO?
HECHOS
REALES
LOS SEIS ATENTADOS
Respecto de los seis atentados, uno de ellos fue:
Mientras mi casa del Distrito de San Miguel se
encontraba en construcción, con autorización de mi cuñado Iván JHON GOMEZ,
quien era miembro de LOS GATO COCOS, hermano del General JHON CARO y esposo de
mi hermana Carmen Rosa, fui con mi esposa Ruth a vivir a una parte de su casa
con mis dos menores hijos, la que quedaba en un Complejo Habitacional Policial
– VIPOL, ubicada por las inmediaciones de la Avenida Tomas Valle, frente a las
nuevas Oficinas de la Aduana, vía que en cierto tramo es interceptada
verticalmente por la Avenida Angélica Gamarra.
Oportunamente, venía comunicando a la Superioridad,
ser víctima de presunto seguimiento por desconocidos, algunos de ellos portando
barba espesa o copiosa, acto que también
afectaba a mi familia, desconociendo si podrían haber sido elementos sediciosos
o miembros del Instituto, con oscuros intereses, debido a diferentes
investigaciones que había realizado en las Unidades donde
prestara servicios, así como también, en la Unidad que en dicha
oportunidad, época o tiempo, me hallaba.
Resulta que haciendo uso de mi día libre o franco, si
mal no recuerdo, en circunstancias de prestar servicios en la Dirección de
Inteligencia PIP-SIE, al retornar rumbo a VIPOL, con mi esposa Ruth, luego de
supervisar la construcción de nuestra casa en la Urbanización Pando II Distrito
de San Miguel, en nuestro vehículo, marca Datsun Placa II 2747, color azul
turquesa, tomé la ruta de la Avenida La Marina, luego Avenida Faucett, siendo
en este lugar en donde principalmente noté un par de vehículos que se
alternaban tomando la delantera o retrasándose, uno, del otro.
Sobre paré, constatando la presunción de existencia de
uno de los dos autos, proseguí mi ruta tomando la avenida Tomas Valle, donde
avisto al segundo de los vehículos con pasajeros que
portaban presunta barba copiosa, previsión aceleré un
poco y en esta oportunidad y fue en esta ocasión que si pude certificar que
estábamos siendo víctimas de seguimiento.
Como portaba dos armas, primero indique a mi esposa
que se serenara, que se sujetara bien ya que estaba gestando a mi hijo Omar y
nuestro hijito Giancarlo se encontraba en la parte posterior de nuestro asiento
y que no volteara la cabeza salvo yo le advirtiera hacerlo y que a mi voz
procediera a colocarse en la parte baja del asiento.
Yo sabía que debía de tomar mucho cuidado y conducir
en busca de apoyo, por cuanto se encontraba en estado de gestación de mi hijo
Omar.
Además, a mi hijo Giancarlo de un añito de edad lo
llevábamos en el asiento posterior o trasero, luego de ello, le alcance una de
las dos armas de fuego que portaba y como ella ya había aprendido a manejarla,
a mi voz, si alguien se acercaba, disparara de la forma como lo hiciéramos en
práctica cuando vivíamos en las tierras de mi suegro Hernán ARANIBAR LADRON DE
GUEVARA, en CHUQUITANTA.
No pasó mucho tiempo, los sujetos que se encontraban
en los dos vehículos, aparentemente vestidos con ropa oscura, portando barba
abundante, pretendían adelantarme, pero no los dejaba ya que aunque
temerariamente dirigía mi auto por el centro de la avenida, ellos efectuaron
varios disparos, quizá para amedrentarnos y que detuviera el auto, uno de los
disparos rozó el umbral de la puerta lateral derecha, que da al ingreso del
copiloto, en donde se hallaba sentada mi esposa, procedí a acelerar en forma
zigzagueante para llegar a nuestro destino en donde habitaban muchos elementos
de los GATO COCOS.
Circunstancialmente y como siempre digo LA MANO DE DIOS, cuando avanzábamos por la parte
en donde la avenida Tomas Valle es interceptada por la avenida Angélica
Gamarra, de forma para nosotros hasta hoy inexplicable, desde un vehículo en
sentido contrario, una persona, de tez blanca, cabello castaño, liso, conforme
pude ir constatando, comenzó a llamarme por mi apellido paterno :
BORJAS, BORJAS, PARA PROMOCION, SOY BENAVIDEZ.
El conductor de este vehículo aceleró, yo me
encontraba atento, firme, mi esposa aparentaba serenidad gracias a su aplomo,
noté claramente que los dos vehículos se fueron rápidamente del lugar, tomando
mis precauciones y más sereno, reconocí a la persona que me llamaba, cuando
detuvo su auto a unos metros del mío y bajara para dirigirse hacia mi persona
con los brazos abiertos. Era mi compañero de Promoción del Colegio Guadalupe,
de apellido BENAVIDEZ, nieto del Ex Presidente del Perú, Arturo Benavidez, NOS
DIMOS UN ABRAZO, muchos años hacia que no nos habíamos visto, desde que salimos
de las aulas el año de 1967 y estábamos por casi los años 80.
Créanme algo queridos lectores, nunca más hemos vuelto
a encontrarnos o reencontrarnos, ruego a Dios que se encuentre en alguna parte
de la tierra gozando de buena salud y en unión de sus seres queridos..
Di parte de este hecho a mi Instituto, NO HICIERON
NADA
Dos de los
actos se produjeron como consecuencia de negarme a obedecer la orden verbal del
entonces General KOKO ARATA y de su brazo derecho, el Comandante FIERRO
MONTADO, cuyo cometido era el de preparar con dinero de todos los Oficiales,
comida servida para agasajar a elementos de dudosa reputación y andar.
La orden verbal era de llevarle sin conocimiento de
todos los Oficiales Socios y aportantes de los Centros de ESPARCIMIENTOS,
agasajos especiales al Narcotraficante conocido como “EL PADRINO” en el “CEO
SANTA MARIA”.
En el Primer piso del recinto administrativo policial,
se encontraba la Oficina de Guardia y atención al público y socios, en el
Segundo piso, se hallaban mis aposentos, es decir, el sector de vivienda
asignado al Oficial Administrador, y en la parte de ingreso al CEO, se había
construido una sede de Guardia de Ingreso, con Oficina de atención y cuadra de
descanso del personal asignado a mi mando.
Aquí sufrimos dos presuntos atentados, uno de ellos en
agravio de mi esposa Ruth, mis menores hijos Giancarlo, Omar, el otro atentado,
fue directo en el lugar en donde se encontraba mi personal, dentro del cual
estaban los Agentes PIP PASTRANA, LIMA, FLORES entre otros, y en mi agravio. En
vez de investigar, se impusieron sanciones en mi contra,
a.
El primero que se realizó fue mediante varios disparos
efectuados directamente contra la Casona en donde se encontraba mi hospedaje
familiar y La Oficina de atención Administrativa.
b.
El segundo atentado bajo ráfaga de
pistola ametralladora fue efectuado, ejecutado o realizado contra la Cabina de Hospedaje
(Cuadras) y Seguridad en la cual habitaba el personal subalterno asignado a mi
mando.
Todo ello en “EL CENTRO DE ESPARCIMIENTO PIP” de
CHACLACAYO .y resalto que ninguna Unidad Operativa realizó las investigaciones
pertinentes, a pesar de haber comunicado al Comando.
Por otro lado, yo conocía bien y gozaba del afecto del contingente policial y civil a mis órdenes, era cierto
que dentro del personal civil, conforme se informó, existían presumiblemente,
elementos INFILTRADOS, VINCULADOS a SL y al MRTA, pero, tanto mi personal policial
y el personal civil en completo, concordaban conmigo y estábamos plenamente
convencidos de que estos actos no fueron realizados o cometidos por elementos
de “SENDERO LUMINOSO, ni por “EL MRTA”, sino que estuvieron dirigidos en mi
agravio, como rechazo a mi buena conducción del CEO.
Luego de ello y aproximadamente por el año 1980,
tuve que padecer y llevar sobre mis
hombros el intento de secuestro de mi hermana menor María Antonieta, acto que
aconteció al salir ella de trabajar en el local de la FERIA DEL PACIFICO –
FERIA DEL HOGAR.
En circunstancias hasta el día de hoy no establecidas,
mi hermana se arrojó del vehículo por las inmediaciones de la Avenida La
Marina, ingresando al Callao, alguien la auxilio y la internaron en el Hospital
Carrión que había sido remodelado hacia poco tiempo.
Al no llegar a dormir a la casa, que era su forma
habitual, mis padres y yo concurrimos en su búsqueda por todas las áreas
hospitalarias, Asistencias Publicas, Clínicas, sin resultado positivo.
Aproximadamente el día 15, de tanto buscar y buscar, ya dándola por perdida o
desaparecida, es que llego al Hospital citado, en donde la encontré con
múltiples lesiones, escoriaciones y traumas sufridos por efectos de los golpes
que recibiera al impactar su cuerpo con el pavimento o pista. Nunca supe quien,
ni como fuera auxiliada.
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