AGUA


Agua que no podrás beber

Porque se la tragó la sequía vestida de ignorancia

Agua que no beberás

Porque se murió marchita


Agua que pereciste por la ausencia del aguador

A quién lo fulminó un infarto

Al observar que tu cuerpo blanquecino

Se esfumaba por las calles discurriendo y cubierto de hedor.


Agua que no podrás beber

Porque zanganea perdida por callejas cubiertas de soledad

Sin escuchar los ayes de agonía e ignominia

Los que se despiertan cubiertos de temor por la ambición


Ay, mis flores vírgenes del campo agreste

Clamen, griten, hasta quedarse ciegas

Para que no vean a mis geranios huir despabilados

Porque la sed los angustió al ver que las lágrimas secas lloran.


Agua que no beberás,

Cubierta tus ganas de vivir, con puñal en la llaga 

Abierta por el clamor de leones, castrados de la boca y cerebro, 

Para que ignore hasta el dolor la calma, por donde se depone


Qué va a llorar el cuerpo?

Si las venas y las entrañas de los seres y las tierras resecas

Se friccionan tratando de hacer fuego entre ellos

Para que los cuerpos suden, para que los pobres beban


Ay que dolor bendita agua

Que ya no jugueteas por mis campos, ni ondeas en los lagos

Ni por las enmarañadas montañas

Ni por las calles de cemento que se tragaron los ríos con sus piedras


Ay angustia impia, 

Ay mis aves

Y hasta los peces que corren

Tras de la miel del gaznate.


Ay de mis mariposas

Que hasta el sol cae avaricioso sobre la poca hiel que queda

Ay bendita agua 

Que te ahogas en tu propia ausencia


Ay de mis andes que serán desiertos donde una vez hubieron salinas

Miestras que el agua abandona las quebradas 

Escapando entre mis manos y mis dedos

Huyendo también de la garganta y de las entrañas sentidas.


Agua que fuiste bendecida

Grita decisiva, tu canto de ansiedad y deserción

Para llorar junto contigo

Para ver si la conciencia se despabila.


Para que muera la codicia

Que yace escondida entre rocas y peñazcos

Para que descubra a propios, impropios y extraños que te acaudalan

Para que los cielos vuelvan a sonreir y su lluvia nos alimente


Para que la vida retorne sobre las penas

Que caminan en manada, cubiertas de inanición

Agua que no beberás

Agua bendita RETOÑA.


Lima, 20 de Junio del 2012.

carlos fidel borjas díaz

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