Es por esto que resulta pertinente aclarar, que no
solamente estamos aquí para homenajear y pensar en aquello que
Carlos nos entrega noblemente, sino, en pensar de qué manera la estética de
Carlos nos brinda una posibilidad de transformación de nuestro
espíritu y de nuestras vidas, es decir: “enriquecernos”. Puesto que
cada vez que se nos presenta una obra creada, sea canción, sea poema, sea
imagen, sea baile, se manifiesta como principio de goce, que es la capacidad de
nuestra percepción para recrear en nuestro espíritu, dejar que construya algo
en nuestro ser.
Gracias Carlos nuevamente por darnos esta oportunidad, por cubrir esa necesidad de encuentro con imágenes que contienen el anhelo por visualizar la naturaleza y el entorno, reconociendo en ella su crudeza y su armonía.
Carlos Fidel Borjas Díaz.
Como en los poemas, “El indulto, (homenaje a un toro cualquiera)”, donde a manera de fábula, nos sorprende con la ubicación que toma la palabra la voz de un toro agonizante, sintiendo la torpeza del hombre-verdugo y la crudeza que fluye en el ambiente y con fuerza desgarradora transmite conceptos acerca del valor, la conciencia, la belleza y bravura del toro, la valentía, el dolor y la muerte que nos hace pensar en la defensa que podríamos asumir ante la figura del “otro”, ese otro que puede ser nuestro hermano, otro cualquiera que puede ser débil y pobre, y que sin hablar nos transmite su peligro, su angustia o su dolor.
Olga FLORES DIAZ-
Docente Universitaria
Pontificia Universidad Católica del Perú.
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