OTRA JOYA.
YO, Escritor
Abraham, Tomás TOVAR MOORE y Juan TOVAR ORUÉ, fueron los que formaron una Escuela de Arte o Actuación en el Rímac y Ancón, otras Escuelas de Música y Folklore Andino y Afroperuano a la que concurría Abelardo VASQUEZ y su menor hermana, a lo que se sumó además; que, en la compañía cotidiana de Don David SUAREZ GAVIDIA y su compadre y compañero de estudios en el Colegio Guadalupe, es decir, el Bardo Inmortal Don Felipe PINGLO ALVA, decidieron coloquialmente, ponerle el nombre de “SERENATA”, al acto de concurrir a celebrar los cumpleaños de sus amistades por distintos puntos de la Lima de esos entonces.

Como prueba de todo lo contado y aquí escrito, lo constituye, que su sobrino, el Maestro Francisco Tomás BORJAS Y TOVAR, conocido artísticamente como Enrique CHIQUITIN BORJAS, obtuvo la distinción como “Primer Campeón Nacional de Danzas Afroperuanas” en este primer concurso celebrado en el Coliseo o Coso de Acho. Ojalá, que mientras dure la transcripción total de este Libro, quienes han tomado las fotografías y documentos que dan fe de muchos puntos de esta narrativa, se dignen a tener a bien devolverlos.

Estos acontecimientos generaron que los Criollos reconocidos de aquella época, a estos nuestros personajes, les llamaron y decían como reconocimiento “LOS INVENTORES”.

Yo recuerdo que de niño veía a mis tíos en las reuniones de familia y amicales, tocar la guitarra, cantar, componer, contrapuntear y luego pararse o ponerse de pie, solicitar le alcanzaran una tiza y si no había esta, tomaban un pedazo de yeso o de adobe, pintaban o cruzaban o trazaban en el piso de tierra o de cerámica importada llamadas “lozetas”, una línea siempre horizontal e invitaban a zapatear y siempre salían airosos, mientras los COBARRUBIAS, los Gamarra, los LOBATÓN y tantos otros cantaban, tocaban la guitarra, eventos en donde no faltaba el acompañamiento de los AZCUE y tantos otros que ya no recuerdo.

Anótese que conforme a lo narrado, todos coincidían y afirmaban que el Maestro Don David SUAREZ GAVIDIA, era compañero de aula de estudios del Bardo y Poeta, Maestro Felipe PINGLO ALVA, en el Colegio Guadalupe y que cada vez que se reunían con los BORJAS, LOS TOVAR, LOS DIAZ NAVARRO, Los MIÑOPE, FIGUEROA, BALLON y otros personajes a los efectos de las jaranas, ellos expresaban, ¡SANTO, JOROBA, CORCOBA Y RECORCOBA!, frases que siendo niño, tuve el privilegio y ocasión de oírlas en las palabras de mi abuelo Genaro Eusebio y de sus hermanos José y Gonzalo DIAZ BARRETO quien era Primer Saxo de Lima y hermanos de Doña Paula FRANCO BARRETO, pianista invidente quien integró la Primera Agrupación de Lima, así también logré oírlo en Huacho, en las fiestas familiares de Barranco, Barrios Altos, La Victoria, Rímac que se le llamaba “bajo el puente”, en Chancay.

Todo esto narrado y escrito hoy, es parte de nuestro folklore afroperuano, de nuestra historia y acervo musical, de la música de los negros y cholos, de los zambos y sacalaguas, blancos y petizambos, de los mestizos, de la América de Huáscar y Atahuallpa, de Pachacutec, de Wiracocha, de Manco Capac, de la Bastidas y de los que vinieron y vendrán después. Todo este legado es la historia de la mezcla de la Música del Inca entrelazados su matices con los del Africa y Europa, que luego alimentó a toda la América del Sur, en particular y en lo personal, tengo mucha familia que no conozco ni conoceré porque ya no existen físicamente, muchos otros que por circunstancias ajenas no he conocido y a todos ellos les concedo este recuento o narrativa con mi más sentido afecto y es para ellos esta parte de la Historia, de mi Historia, de nuestra Historia con cariño y respeto y extensible a nuestra Patria Peruana Generosa.

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